mercredi 8 octobre 2008

AB

Amar, amor, amantes...
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Verbalizar es mentir a veces. Me acerco a Oaxaca, carretera, aire, entrañas que se acomodan, faltan uñas, sobran ansias, sin embargo soy una mujer tranquila y sonriente que carga maletas. Estoy cansada de ser un volcan que finge no erupcionar, siempre estoy sonriendo, con los desconocidos soy adorable, tierna, una cosita para proteger.
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Llego a Oaxaca, llueve, mi corazòn golpea pero camino pausadamente, un empleado de aviacsa me da un paraguas para ir del aviòn a la sala de espera, no me resbalo, veo las gotas caer, huelo el asfalto mojado, tengo nervios de que se tarde en salir mi maleta, entrego la sombrilla y llego donde se entrega el equipaje, veo hacia la sala de espera ahi esta èl, estirandose angustiandose... volteò y me concentro en ver mi maleta, llega al ùltimo y me siento como niña abandonada en el kinder, mi mamà siempre llegaba al ùltimo ya no habia nadie junto a mi en las rejas. Pero ahi esta èl.
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Me aferro a su abrazo, a su boca que es y ha sido desde hace meses mi refugio y me escondite, èl apareciò para salvarme y ahi me encuentro encerrada en su recibimiento despues de un funeral y para enfrentar una huìda. Subimos a taxi colectivo, son las 11 pm mas o menos, me pregunta como me fue, le digo que bien, me pregunta si lo besè, digo que si, como estuvo, me dice por ùltimo, le digo que le cuento en el hotel. Nos llevan con otros pasajeros, yo no quiero besarlo porque me siento traidora, pero si, lo beso, y deseo hacerlo cada vez màs, quiero que me salve, quiero que su amor, ese que me da miedo y alegria, exhorcise mis demonios y mis muertos, jugamos, en sus brazos soy una nena mimada que juega con sus manos, con sus palabras, rìo como si estuviera feliz y si, a cada segundo lo estoy màs y màs.
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Sus ojos mas que escrutarme me arropan, su cuerpo està dispuesto a habitarme, su boca, sus labios, si lo sè, son màs pequeños que los de mi muerto, todavia siento que esa lengua necrosa arranca la mia, aun siento esos labios de tumba abierta, y sus manos atrayendome del cabello, aun siento esa respiracion de aparecido que quiere hacerme morir una vez màs; pero ahi esta èl, ahi està y sus besos no me ahogan, su boca es gentil, su cuerpo me reclama pero es mas bien un guiño al placer, al amor, a la eternidad. Ante èl me abro, me entrego, èl es la vida, es el futuro, es el camino que he elegido sobre cualquier otro, puedo equivocarme y seguramente lo harè, pero ahi està èl, nadie me habia visto como sus pupilas, nadie me habia cobijado con su piel hasta quitar el frìo de mis huesos, nadie le habia puesto rumbo a mis cabellos y a mis ideas como sus manos. Ahi està èl, me duermo entre su pecho y sus brazos y dejo que los muertos entierren a sus muertos, por primera vez el miedo a la felicidad me avisa que estoy viva.

1 commentaire:

Tabita a dit…

"por primera vez el miedo a la felicidad me avisa que estoy viva" el texto está impregnado de pasión, eso se nota a leguas, pero no estoy tan segura de frases como esta. Es una concepción de amor que quizás no puedo sentir como mía, siento que el texto está escrito para otro, no para mí. Un abrazo.